El pasado día puse un comentario en el Blog de nuestro amigo Thiago. El Posteaba sobre una tarde en el teatro, y de una obra que le gusto mucho, y tenía interactividad entre espectadores y actores, tan de moda en compañías como “La Cubana” y otras.
En el comentario le dije que no me gustaba ese tipo de teatro y que debido a un incidente le he cogido fobia y aun perdura el trauma.
Cádiz no es Madrid. Aquí las compañías vienen un par de días y el cartel de “No hay Billetes” es lo más normal. Pocos teatros, demasiada gente, pocos días de espectáculo.
Hace años llegaba a la ciudad la obra “5 mujeres.com”, en pleno éxito de los monólogos. Unos amigos-as me convencieron para ir, consulte mi calendario laboral y esa tarde la tenia libre. Mi amigo, muy simpático el, compro dos butacas en la primera fila y dos en la segunda justamente detrás, pegados al pasillo lateral izquierdo. Eran unas localidades de categoría, y se veía perfectamente bien los gestos y los rasgos de las actrices.
Aunque en el cartel estuvieran las caras de actrices de renombre como “Aída” Carmen Machi, Eva Hache, Llum Barrera, Pilar Bardem etc….a Cádiz vinieron actrices que no conocían ni en la puerta de su casa, con deciros que la más conocida era Elisa Matilla, ya os digo todo.
Entre ellas una que, ahora si , es algo conocida por salir en “Cámara Café” , “Yo soy Bea” y “Física o Química” , Ana Milán ( No se me olvidara el nombre mientras viva...).
Llegamos al teatro y nos distribuimos las localidades. Mi amigo y su pareja en la Fila 1 y una amiga y yo en la fila 2. Me puse para la ocasión un jersey blanco con una raya negra en el centro, y maldita la hora en el que el blanco entro en mi vida.
Comienza su monologo, que era el 3º de la obra, y hablaba de la belleza masculina, de la atracción en las mujeres cuando de repente me mira , se acerca al borde del escenario y dirigiéndose a mi amiga le dice:” ¿Pero chica, como puedes haberte traído a ese tio? , Porque de verdad, es FEO, pero Feo feo, mira, mira la cara de Pánfilo que tiene, ¿no tenias otro?”. El teatro se reía a carcajadas mientras yo me hundía en mi asiento, la insultaba para mis adentros mientras sostenía una mueca de incredulidad.
Mi amiga me agarraba el brazo, y yo seguía en estado de shock, que duro todo el resto de espectáculo. No me atrevía a moverme, me iba deslizando lentamente en la butaca, rezando porque no volviera hacia mí.
Cuando termino su “eterno” monologo, y con el teatro aplaudiendo, y yo también porque se marchaba, veo que hace un gesto al respetable, extendiendo las manos y pidiendo silencio, se dirige de nuevo hacia mí y me dice “Y tu, aunque me aplaudas que lo sepas, sigues siendo muy Feo…..” y se marcho entre risas y ovación del respetable.