Crónicas de Octubre: Oktoberfest

Esto es insoportable, ¿no te gustan los Domingos? Pues toma dos tazas! Ayer decidimos ir al Oktoberfest que se celebraba en unos de los maravillosos pueblos costeros de la Isla de Mallorca, y que el 90% de sus habitantes son alemanes.

Es una de las grandes fiestas de los germanos, y consiste en beber mucha mas cerveza, comer sus delicias culinarias; Codillos, Salchichas con Chucrut y tartas inmensamente altas.

Lo único que probé fueron los Bretzels que son iguales que los pretzels, osea, un panecillo con forma de lacito y salado.

Los precios? Pues para un alemán será barato, pero para nosotros no, un café costaba 3,50 euros, claro, como el café no es Germano, y viene de Colombia o vete tú a saber, por eso tenia ese precio de oro.

Lo más impresionante, la decoración y el vestuario de todos y cada uno de los camareros y camareras. También una orquesta de mas de 40 músicos, ataviados con el traje típico y tocando polkas y alegres tonadas.

En ese corto viaje probé mi nuevo y flamante GPS TomTom One , de oferta en Carrefour por 119 euros. De mi casa al pueblo hay unos 30 kilómetros, y los GPS tienen la costumbre de dictarte el camino más idóneo, pero lógicamente no cuentan con una persona como yo, así que, aunque no me perdí, creo que el aparato se ha enfadado conmigo por no hacerle ni puñetero caso.

Ya le he puesto voces nuevas, la de una pitufina, la de chiquito de la calzada, y la de una cría de 9 años. Así , ya tengo a alguien a quien culpar si me equivoco!.

El viaje a Port Aventura sigue en pie, tras arduas negociaciones, consejos de vosotros, y dos buenas ostias bien dadas, he decidido aceptar ( biennnnnnnnn! Yupiiiiiiiiii!!!)

Luna se quedara en una casita de campo, con dos “primitos” bastante viejos y que la odian porque no quieren jugar con ella.

Ayer la llevamos al Oktoberfest, y creo que tiene que tener agujetas en el hocico, de tanto oler carne asada.

Los alemanes se caracterizan por su amor a los animales, y la perra, con sus andares de Bambi, causo sensación por el paseo.

La paraban y le decían cosas en Alemán, que a ella le sonaba en Chino, y la muy orgullosa, no se deja tocar por nadie.

Cerca del mar, en una explanada inmensa, la deje suelta, y allá que iba ella cual cabra loca subiéndose a todo lo que veía.

Es curioso, los alemanes son muy suyos, van en pareja y no se juntan con otros, igualito que los españoles! Si estuviéramos en Alemania de vacaciones y descubrimos a otros paisanos, ya seriamos inseparables, pero ellos no. Ahí estaban en la explanada, unos 50 teutones, de dos en dos, como los zapatos, viendo las cabriolas de la Luna, sonriendo e intentando llamar su atención. Por un momento estuve tentado de pasar una gorra….