Un año al Sol

El lunes, a las 7 de la mañana, vuelvo a trabajar…después de un año. Un año parado, sin prestaciones, sin cursos ni ayudas estatales. Dono todo ese dinero que “supuestamente” me tocaba para alguna buena obra, que ahora estamos en Navidad y hay que lavar conciencias. Tiempo de Telemaratones, rastrillos solidarios de viejas ricachonas de la alta sociedad y apadrinamientos.

Y es que la Navidad es así de tierna y pura, como un cubata de Mimosin.

Ya se ha confirmado que mi empresa prepara una E.R.E, y con la suerte que tengo, seguro que engrosare una de las primeras listas. Mi “pareja falling in love” es un poco brujo, más bien “Embrujo” y en su bolita mágica, Tarot, Péndulo y oráculo me dice que en Mayo vuelvo a su lado, por supuesto con el rabo entre las piernas, que uno no esta para pagarse ciertas operaciones traumáticas.

El regreso me produce mucho miedo, por “reenfrentarme” a fantasmas y personas. Las cosas han cambiado. Me fui de allí, a mi nueva vida, contándoles la verdad a unos pocos compañeros, me marchaba a vivir con mi pareja, que era otro chico. Tras vencer segundos de perplejidad, me daban la enhorabuena y abrazos sentidos que me apaciguaban el llanto de la emoción. Siempre tuve miedo al rechazo, y esto me provocaba un efecto sanador y calido.

Ahora, por filtraciones familiares, y llevado al trabajo por uno de esos compañeros con los que no tienes trato alguno, los 500 empleados saben que “Fulanito es Maricón y se fue de la planta a vivir con su novio….” Y me convertí en el chisme del día, la semana y el mes, cual Campanario, Falete, Pajares o Julián Muñoz, pero sin cobrar un duro.

El lunes me encontrare con “los amigos”. Notare sonrisas tipo “Sabemos tu secreto” y puede que tenga que aguantar algún que otro chiste despectivo. Siempre digo que vivo en el Norte de Marruecos para ciertas cosas. Yo, pondré todo de mi parte, cabeza alta, ignorar los comentarios y, parafraseando a la insigne Pantoja “Dientes, dientes, que es lo que les jode…”