La Trama

No deberíamos de caer la trampa de pensar que el P.P. es el partido de la corrupción, la mentira, el espionaje, la soberbia y el autoritarismo. Ni burlarnos de sus dirigentes, de esa tribu de pijos-yupis que poblan sus listas, ni de los suéters sobre los hombros, ni la gomina ni las medias melenas.

Que Esperanza Aguirre tenga los ojitos pequeñitos y pegados a la nariz, y según los estudiosos de los rasgos faciales, esto es un síntoma de pocas luces, o que Rajoy apenas sabe hablar y haga gestos de monito sin dentadura, o que el Expresidente Aznar tenga parálisis en el labio superior y, me temo, que en uno de sus lóbulos cerebrales, eso no da pie para decir que todos los del Partido Popular son así.

Que la Soraya Sáenz de Santamaría ( cuantas Eses por Dios!) se haga fotos en plan “Sesi” toda espatarrada en el suelo, como si se hubiera caído de la repisa del mueble , o que la Cospedal parezca la mujer de David el Gnomo con esa naricita porrona , no es motivo para pensar que las mujeres del PP son iguales, aunque casi todas sean rubias y complementen sus cuellos con collares de perlas y estolas de visón.

Que Gallardón este mas perdido que Falete en el Decathlon , o que Fraga, con sus doscientos años , siga dando tumbos, literalmente, por la política, no es para decir que el partido no este modernizado.

Que Cádiz, cuna de la libertad, azotada por el paro, revolucionaria e inconformista, tenga desde hace años una Alcaldesa del PP, con un nombre que da miedo, Teofila Martínez, que es como la hermana fea de Raffaella Carra

dice mucho de estos tiempos inciertos que vivimos, en los que somos capaces de cambiar para estar mejor a costa de un pacto con el diablo.