De domingo.

Me sentí tan mal el viernes, que me he visto empujado a publicar algo en domingo, mi odiado día .El viernes pasee por toda la ciudad con mi madre. Había suficiente comida almacenada en la nevera como para que no se tuviera que preocupar por ello. Aun así, hizo una fritada de patatas para acompañar lo que no necesitaba de más. Luego, a la tarde, diversos recados, Leroy Merlín y el Ikea impidieron que saliera a correr, con lo que mi trauma postcomida aumento mi ansiedad.

No voy a hablar de las olimpiadas, porque para mi no empieza hasta que el atletismo entra en juego. Yo vi truncada mi carrera de atleta, los expertos me auguraban una posible carrera olímpica. Empecé en Salto de Altura, pero como soy tan peludo, mi cuerpo hacia efecto velcro con la barra y me quedaba colgado como un jamón, por lo que era descalificado. Probé con Longitud, y terminaba con la boca llena de arena. Con la jabalina me fue mejor, me ofrecieron un contrato en una fábrica de Banderillas picantes. Intente la velocidad, en los 100m. cuando me estaba levantando para salir, ya habían llegado los negritos a la meta. En Vallas me lastime de gravedad las ingles. Solo me quedaba el Maratón, pero como me desoriento mucho, nunca acababa en el sitio correcto.

Viendo mis éxitos en individuales, decidieron que probara en alguna modalidad por equipos, y fue cuando empecé a notar que no caía bien a los compañeros. Todos me culpaban a mi de las derrotas, y decidí alejarme del deporte de competición para siempre. Ahora lo hago por placer, por decir algo, porque cuando llevo 20 minutos ya me estoy acordando del Barón de Cuberten y de la madre que lo crió.
Para colmo, tengo la barriga suelta, con diarrea en forma de melena, de cascada de Iguazú (por fin sale mi vena escatológica de nuevo), y mi madre ha preparado huevos rellenos de atún. Si , reíros malvados y perversos amigos , cuando me deshidrate como una uva pasa ya os lamentareis.