Un dia cualquiera...

miércoles


Eran las cinco de la tarde cuando decidí salir a dar mi vuelta reparadora. El día estaba gris pero el sol luchaba por brillar dándome abrazos de luz. Gafas de sol, mochila al hombro, mp3 cargado de temas electrónicos y rumbo al centro comercial, a ver gente.

Encuentro una cafetería nueva, con repostería argentina, había pasteles salados a 50 céntimos, miro mi maltrecha cartera y descubro el maravilloso capital en forma de billete de 5 euros. Podré tomarme el cortado y el pastelito. Muchas veces entro en las cafeterías para poder leer el periódico a la vez que tomo el café, y ahorrarme el dinero de su compra. Hoy tampoco vienen ofertas de trabajo.

Me quedo impresionado por los edificios lujosos de la zona, con vistas al puerto. Mi mente se desplaza a esas terrazas, cuantas horas pasaría mirando el mar desde las alturas. Descubro un hotel que tiene un ascensor que sube como el tren cremallera de Montserrat. Debido al desnivel de la entrada, la cabina se desplaza en diagonal hasta las habitaciones, que esta en lo alto de un monte. Mira que he pasado veces y nunca me di cuenta. Quizás me este volviendo mas observador y estoy despertando los sentidos dormidos.

En el centro comercial aun no hay mucha gente, sobre las siete es cuando empiezan a llegar la marabunta. Ahora solo te encuentras a los más jóvenes, turistas y algunos mayores.

Lo primero que hago es ir Bar de la planta superior a la captura de la prensa gratuita, el “Que!” y el “ADN”. Luego sigo mi ritual acercándome a la tienda de Te, pero para mi desdicha no hay muestras de degustación de ninguna clase. Hoy me quedo sin probarlo. Visito las tiendas de deportes, las de música, las perfumerías y termino en el Carrefour. Mi itinerario en este ultimo establecimiento es siempre el mismo, giro a la derecha y comienzo a recorrer todos los pasillos de libros, videojuegos, discos, Dvd, informática, electrodomésticos y termino en Imagen y Sonido. A partir de ahí, mi recorrido se vuelve errático y ya depende de las ganas que me queden.

Esta vez cambiare el camino de vuelta a casa. Iré por el paseo marítimo. A no mucha distancia encuentro el Puerto Comercial, donde atracan los barcos de pasajeros y los cruceros de lujo. Me quede mirando el puente de salida de los pasajeros y recordé el día que llegue aquí. Mi cabeza se lleno de esa mezcla de miedo y alegría, vi de nuevo las imágenes y empecé a sentirme mal. Las gafas de sol ocultaban mis lágrimas. A mi izquierda se abría un camino de piedras hacia un embarcadero, allí me senté en un banco y con la mirada turbia me fui tranquilizando.

Ya estoy en casa. Preparare la cena y veré la tele. ¿Dónde iré mañana de paseo?

2 Cosas que quiero decirte.:

Anónimo dijo...

hola guapo no te pongas triste por recordar el pasado sino mira al futuro que seguro que te llegara con tdfos los deseos que piensas en un trabajo y en todo lo demas yo me entiendes perrajudia . un abrazote con todo mi cariño desde valencia guapo

Anónimo dijo...

la verdad amigo es que tienes mucha razon en todo loq dices, no es ni mas ni menos q el observar lo q antes ni te dabas cuenta y q tampoco te dejaban, en esta vida, en este mundo de exceso creeme se puede salir de casa y comer todos los dias en los hiper sin gastar una perra ( judia) llevarse el periodico o tomar cafe charlar con diferentes personas ayudar a caso eso no es untrabajo?
quizas te estes dando cuenta de muchas cosas y por dios y la virgen del sagrado refajo no digas q eres viejo ok???
disfruta de tanta explendidez de este mundo tan desigual cuantas personas en malawi ( bonita palabra) matarian por bocatin de demostracion del hiper con chistorra navarra, hay mucha hambre y nosotros pertenecemos por bien o por mal a este mundo de explendidez mallorquina y mediterranea total q le vamos a hacer aprovechemolo amigo....
un abrazo muy grande y q ya termina mayo empezamos otra etapa
vale? cuidate y disfruta de lo q hay...un besote zen loco
posdata..estoy malito con alergias y mocos enfriamiento etc etc ...jejeje