El Camino

lunes


El Camino comenzó un 29 de Junio. Tres días antes había tenido mi primer y único accidente de coche. Estaba parado en un ceda el paso, delante de mi tres coches más, y un Golf, verde oscuro, no se dio cuenta, y me golpeo. Sentí como un palo en la espalda que te deja sin respiración. No me quise dar de baja porque ya tenia los billetes comprados con meses de antelación y con calmantes, relajantes musculares y collarín, me fui con una mochila de 10 kilos cargadas de ilusión y tristeza a partes iguales.

El primer día del camino, lo pase llorando, andaba y lloraba. Milagrosamente, el dolor de las cervicales fue desapareciendo mientras que otros dolores en forma de agujetas y musculares aparecían en mis piernas. Al siguiente día ya estaba rodeado de personas maravillosas, cada uno con su historia personal, con sus luchas internas, con necesidades, con carencias. 30 días andando, conviviendo, cenando, hablando.

Aprendí la fuerza de un abrazo, a ayudar, a escuchar. A fundirme con los árboles. A oír el viento. Los olores, los alimentos, el vino. Valorar un sitio para poder descansar, a compartir lo que se tiene. Ha sanar, a reír y llorar. Cada kilómetro sumado, restaba peso de mi "carga". La niebla, la lluvia, el viento, el sol. Subir y bajar. Historia viva en cada pueblo, en cada aldea. Navarra, Rioja, Castilla y León, Galicia. Todas únicas y distintas. La vuelta del Camino a la rutina fue aun mas duro.


Tengo que cerrar el circulo, prometí volver a realizar el Camino, esta vez para dar Gracias, no buscare nada. Tan solo necesito volver a sentir la fuerza de la tierra en mis pies.

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