La Orilla

Un día mas. Envuelto en la rutina del despertar abrió la ventana y el primer golpe de aire le devolvió a la realidad. Como un autómata encendió la cafetera y el aroma lleno toda la casa. Una ducha y podría tener en sus labios el dulce y oscuro veneno. Hoy tocaba el mar. Se puso sus vaqueros y su polo favorito. Saco las botas del armario y las limpio con mimo. La piel estaba gastada y sucia, pero en cada arruga una historia, en cada kilómetro una vivencia. Busco sus gafas de Sol y bajo las escaleras con energía, ansioso de encontrarse con ella.

La orilla del mar era su amiga. Paseaba largas horas pegado a ella. Los susurros de las Olas le decían "ten Valor, ten Valor”. Cada vez que desnudaba sus pies y caminaba por esa alfombra de dudas, El Mar, La Mar le calmaba y le limpiaba el alma, como una madre lava a su hijo, con ese amor incondicional. Tantos extraños con los que se cruzaba, como espíritus, a el solo le importaba el sol, y ese rumor de las Olas, y esa espuma entre sus dedos, y esa duda que le carcomía el alma..." ten Valor, ten Valor....."