Miedos

Es hora de enfrentarme a mis miedos.

Me dan miedo las cucarachas, no puedo con ellas. Verlas correr, volar o esconderse. Me paralizan y empiezo a dar saltos, una mezcla de Jota y Aurresku, con estas patas/piernas que Dios me ha dado. Sin embargo no me dan miedo ni las arañas ni los escarabajos, ni los gusanos ni las serpientes, aunque eso es más difícil de encontrar dentro de un zapato (Las cucarachas rubias (como la cerveza) si….).

Me da miedo perder el Autobús/Tren/Barco/Avión. Es una pesadilla recurrente, me pasaba de pequeño durante las semanas antes de una excursión. Cuando estaba en Madrid, me despertaba angustiado porque soñaba que mi madre me dejaba dentro de un vagón de metro. Cada vez que pasábamos por estaciones que estaban cerradas, sin luz y con un aspecto tenebroso me imaginaba que los niños que sus madres dejaban olvidados en el metro los bajaban en esas estaciones. Lo pasaba muy mal. Ya con el tiempo, el miedo se traslada al Barco y sobre todo al avión, hasta que no estoy sentado en mi asiento, con el cinturón abrochado no me tranquilizo.

Miedo a los Gnomos “Asomadores”. Uff esto si que es terrible. De pequeño, debido al tamaño de mi casa, dormía en la típica cama mueble, de día se adornaba con su paño de crochet y un frutero de cristal de media tonelada, en tonos azules, naranjas y amarillos que era todo un homenaje al mal gusto. De noche era mi camita. Pues había unos personajes que les daba por asomarse por todas las esquinas del mueble. Mi miraban y cuando yo volvía la cabeza para verlos, se escondían rápidamente, me espiaban y siempre estaban allí. Cuando se lo contaba a mis padres o a mi hermana mayor siempre recibía el consolador “Tu eres tonto”……pero yo se que están ahí….asechándome….

Miedo a ser foco de atención. Siempre el ultimo y en la esquina. Hablar en público me pone el corazón como una tricotosa. Salir a la pizarra era como andar sobre clavos. Mi chacra estomacal funciona mejor que José Coronado. Aun recuerdo, en 6º de EGB haciendo de San José, solo tenia que decir “Dadme posada buen hombre” y creo que ahí termino mi carrera de actor para siempre, porque de mi boca solo pudo salir un soplido.